El negocio consiste en vender fuera por un importe superior fármacos que en España tienen un precio tasado
Este comercio causa desabastecimiento de determinadas medicinas
ANTÍA CASTEDO Barcelona 5 FEB 2014 -
La exportación de medicamentos de precio regulado en España, más baratos que los del mercado libre internacional, es una práctica ilegal que puede causar problemas de desabastecimiento y dejar a cientos de pacientes sin los fármacos que necesitan. El problema se ha agravado recientemente en Cataluña, donde enfermos trasplantados se han topado con dificultades para comprar en las farmacias los inmunodepresores que necesitan para evitar que su organismo rechace los órganos que recibieron. La Generalitat de Cataluña y el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona (COFB) han empezado a perseguir con mayor dureza esta práctica. En concreto, el Departamento de Salud ha impuesto 40 sanciones, desde enero de 2013 a oficinas de farmacia por este motivo y el COFB ha emitido una circular interna en la que amenaza a sus miembros con “actuar con firmeza contra aquellos implicados en estas prácticas” y les indica que va a “colaborar con la Administración para detectar actuaciones irregulares”.
La venta de medicamentos en España desde los laboratorios que los fabrican a los mayoristas sigue dos vías. La primera es la de los fármacos de precio regulado por el Estado que, tras pasar por los mayoristas, llegan a las farmacias para ser vendidos con receta a los ciudadanos. En la segunda, que tiene unos precios libres y por tanto más elevados, los mayoristas pueden comercializar los medicamentos en el exterior.
La ilegalidad que provoca el desabastecimiento es desviar al mercado exterior, que es libre, fármacos de precio regulado para beneficiarse así de la diferencia de precios. La llamada “distribución inversa” consiste en que las oficinas de farmacias, en lugar de vender con receta las medicinas a los ciudadanos, lo hacen a empresas mayoristas que luego las exportan. Esta práctica afecta sobre todo a medicamentos caros o que ofrecen un gran margen de beneficio, explica la Generalitat.
Las oficinas expendedoras desvían los productos que compran a los mayoristas
Aunque el Gobierno catalán reconoce que el fenómeno viene produciéndose desde hace años, la alarma ha saltado precisamente tras la reciente escasez de inmunodepresores y otros fármacos vitales para los pacientes. Tras la denuncia de algunos enfermos, obligados a deambular de farmacia en farmacia en busca de sus medicamentos —tal y como publicó EL PAÍS el pasado enero—, Salud ha convocado a todos los implicados a una mesa para tratar el problema. En ella se sentarán la industria, los distribuidores y las farmacias. “No podemos permitir que esto suceda”, declaró ayer Roser Vallès, directora general de ordenación y regulación sanitaria del departamento. Pero Vallès insistió en que “no hay enfermos que se estén quedando sin medicamentos”. En Cataluña hay más de 3.000 oficinas de farmacia.
leer mas: EL PAIS.
mamapidice: El desabastecimiento en productos básicos es una verdad como un templo. Por ejemplo el SEREVENT, que es un medicamento para el asma de larga duración, hace meses que no encuentro habitualmente. Debo buscar en diferentes farmacias y muchas veces me voy de vacio. Dicho producto es para el asma.
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