La ministra de Fomento aprovechará el fin de las mejores concesiones de la red de peaje entre 2019 y 2021 para volver a licitarlas junto a las radiales ruinosas y compensar así a las empresas
La ministra gana el pulso por el ‘banco malo’ de las carreteras al rebajar sus demandas por compensación de expropiaciones
Antonio Ruiz del Árbol
Transporte Las constructoras elevan sus exigencias para aceptar el plan de rescate de las autopistas
La guerra del rescate de las diez autopistas radiales en ruinas se decanta, al menos por ahora, en favor de la ministra de Fomento. El Consejo de Ministros aprobará en las próximas semanas la constitución del que ya se denomina ‘banco malo de las autopistas’. Las concesionarias se quedarán con el 20% de la nueva sociedad creada ad hoc, en la que se integrarán las vías ruinosas y recibirán 480 millones de dinero público en concepto del pago por expropiaciones.
Las principales constructoras y gestoras de las vías de alta capacidad, agrupadas en la patronal Aseta, parecen "resignadas" a aceptar las condiciones del rescate diseñadas por el Gobierno. Y lo hacen más por interés que por gusto. Saben que Ana Pastor guarda un as bajo la manga, ya que en el plazo de cinco a siete años, entre 2019 y 2021, finalizan las ocho concesiones de las autopistas de peaje (ver gráfico) más rentables del país. Su vuelta al mercado mediante licitación de nuevas concesiones permitirá a estos constructores y gestores de infraestructuras recuperar con creces la posición a la que ahora renuncian.
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