Lorenzo Amor, presidente de ATA
Los autónomos adelantaron 1.000 millones en 2012 por el IVA de facturas no pagadas.
Parecía que no llegaría nunca, pero al fin tenemos una Ley de Emprendedores. Disculpen mi entusiasmo, pero para aquellos que llevamos años reivindicando el papel de los emprendedores y autónomos en la economía de nuestro país y hemos chocado una y otra vez contra muros que parecían infranqueables, es casi un hito ver como al fin empiezan a caer algunas piedras y se quitan del camino.
El anteproyecto de ley aprobado en Consejo de Ministros responde a muchas de las viejas reivindicaciones de los autónomos, y me gustaría resaltar cinco de ellas.
La primera, y posiblemente la más antigua y famosa, es que los autónomos ya no adelantarán el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de facturas no cobradas. Sólo en el ejercicio 2012 los autónomos adelantaron 1.000 millones de euros en concepto de IVA de facturas emitidas pero que no habían sido pagadas, muchas de ellas de la propia Administración Pública. A partir de enero del próximo año 2014, se interrumpirá así ese macabro círculo entre IVA y morosidad, por el cual las administraciones públicas se financiaban a través de sus proveedores a interés cero. Supondrá más liquidez en la base del tejido productivo y un gran paso para que la Administración Pública deje de ser uno de los principales focos de destrucción de empresas, autónomos y empleo.
La segunda reivindicación es que ya se puede ser asalariado y autónomo a la vez sin que sea un coste inasumible. De esa forma, los 100.000 autónomos que están en pluriactividad, es decir de alta como asalariados y autónomos, sólo pagarán el 50 por ciento de la cuota de la base mínima de cotización que se establece en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) . Así, de los 230 euros actuales pasarán a pagar 115 euros hasta el mes de junio del año 2015 y a partir de esta fecha, se pagará únicamente el 25 por ciento, con lo que se quedaría en torno a los 60 euros. Esto invitará a que muchos asalariados que realizan una segunda actividad por su cuenta no tengan que cotizar como si estuvieran a tiempo completo en las dos, lo que en muchos casos les invita a sumergir esa segunda actividad.
La tercera, es que ser autónomo deja de significar "poder perderlo todo". La ley limita la responsabilidad patrimonial del autónomo salvaguardando sus bienes básicos, como la vivienda habitual. Esto supone mayor protección para todo aquel que quiera emprender y reduce el riesgo personal que supone poner en marcha un negocio. Quizás eso anime a muchos que no emprenden por miedo al fracaso a hacerlo y también contribuya a que su familia y amigos no pongan el grito en el cielo cuando les comunique la decisión.
Y hablando de miedo al fracaso, la cuarta es que "fracasar ya no es un delito y habrá una segunda oportunidad", ya que se establecerán mecanismos que ayuden a la refinanciación de deudas una vez cerrado el negocio así como quitas y aplazamientos en los procesos concursales.
Y la cuarta y la quinta van destinadas a aumentar la protección y disminuir el riesgo que supone emprender, con esta Ley "Emprender será fácil y rápido", pues será posible abrir un negocio en 24 horas gracias a la puesta en marcha del proyecto Emprende 3. Se constituirá telemáticamente un negocio con un solo trámite, con un único formulario, y en un solo día, sirviéndose de las nuevas tecnologías y de la colaboración entre Administraciones Públicas (Estado, autonomías y entidades locales).
Es cierto que la ley por sí sola no bastará para reactivar la demanda. Desgraciadamente ninguna norma hará que más clientes entren por la puerta de los negocios o se venda más, pero no podemos negar que reducirá los riesgos, las cargas y los costes de los que todos los días se esfuerzan y luchan para que así sea.
Aún no es una alfombra roja pero sí un balón de oxígeno para emprender un camino, difícil donde los haya, y poder seguir avanzando en él con menos obstáculos, más seguridad y menos cargas.
España necesita más emprendedores y que se mantengan los existentes para su recuperación. De ahí que esta ley, como paso hacia ese objetivo, sea de vital importancia para el futuro de nuestro país. Esperamos que tanto en la consulta pública como en la tramitación parlamentaria se enriquezca el texto y que se apruebe con el mayor grado de consenso político, porque va en beneficio de todos
el economista.es
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