martes, 30 de octubre de 2012

EXPRIMIR EL LIMON, AUN MAS TODAVIA









No nos dejan respirar.

Siempre es posible exprimirnos más y más.

Aun pueden sacarnos más el jugo.

No pararan hasta dejarnos secos.

Más que secos. Amojamados. O tal vez amortajados para nuestro entierro.

No podemos luchar contra los millones y millones de normas, decretos, decretos-ley, leyes sencillas, leyes orgánicas.

Cada día las mentes pensantes del país se exprimen el cerebro en encontrar nuevas normas, leyes, y reglamentos para poder jodernos más y más.

Sea quien sea el que nos gobierne, solo ponen sus neuronas a mil para darnos cada día más por allí donde más amargan los pepinos.

No es cuestión de quien gobierna. Es mucho más profundo. Solo nos dejarán de magrear en el momento en que nos den lo definitivo. La puntilla. La buena nueva de que estamos descansando en paz.

Aunque dudo que no se inventen algún impuesto que debamos de pagar después de muertos.

Existe un impuesto que los entendidos llaman el impuesto del muerto. Haber si alguien adivina de que hablo ¿?

Les he de contar algo que es el pan nuestro de cada día :

Recibí una notificación de embargo de mi exigua pensión y me presenté en las oficinas de la gestora de la región en donde habito, para saber a qué se referían, pues nadie me había comunicado nada hasta el momento de recibir el aviso de que me ejecutaban un embargo.

El funcionario de turno, muy amablemente me dijo que era un pago por basuras y otro por impuesto de circulación de un vehículo que yo ya no tengo.

Nunca me habían mandado ninguna comunicación de que debía estos impuestos de ahora hace cerca de dos años.

Me informaron de que si no recibí las notificaciones no era culpa del servicio de recaudación de impuestos, pues como todo el mundo debe saber : Los impuestos debemos de pagarlos en el día que corresponda, recibas o no la notificación de pago. Porque debemos de ser los ciudadanos los que nos tenemos que preocupar de pagar los impuestos en el momento que esté establecido por las normas y leyes vigentes.

Debemos de estar siempre pendientes de los innumerables días al año que debemos de ingresar a uno u otro organismo estatal, autonómico, local, etc., etc. nuestros exiguos dineros para colaborar en el gasto inmenso de la administración pública.

Si no podemos saber lo que debemos de pagar es por el hecho de que nos han inundado de impuestos, tasas, y otros nombres muy rebuscados, casi cada día debemos de pagar algo a alguien de la administración pública. Y encima debemos de tener muy presente todos y cada uno de nuestros deberes para con la administración. Si no lo hacemos nos dan palo y tentetieso, pues según el ideario de nuestra administración, si no pagamos algo, es forzosamente porque somos insolidarios y nos han de poner recargos del 20%, más intereses, más tasas, más correo, más gastos peregrinos : Nos deben casi de ajusticiar por no haber pagado alguno de los miles de impuestos.

Suerte que no eran millones de euros, con un poco más de 200 euros logre lo imposible : que se retirara el embargo de mi pensión.

Debí de darle las gracias, pues encima me indicaron que quizás no me había llegado la comunicación a mi domicilio pues tenían el número de mi casa como el 181 y en realidad es el 182.

Cuando la sede del organismo de gestión tributaria ( Organismo que se encuentra a unos treinta Km. de mi casa situada en un pueblo del bajo Montseny) no realizó su labor correcta de comunicarme los pagos a su debido tiempo, la culpa es del pobre y sufrido contribuyente. Qué paradoja. No creen ¿?. Que encima tenga yo la culpa. Bueno, quiero decir que nosotros los ciudadanos tengamos la culpa de todo este embrollo en que estamos metidos.

El tema tiene mucho de maquiavelismo.

Si no pagas algo se supone que no quieres pagarlo. Nadie supone que no has recibido la comunicación o aviso de pago.

Si no lo has pagado tienen en la administración dos vías : Reclamarte el pago vía un escrito a tu domicilio o bien (Esta es la fórmula más empleada ) publicar en el boletín oficial del estado, de la comunidad autónoma, del los miles y miles de diarios oficiales que existen en la administración pública, la deuda contraída por el impago.

O sea : Los ciudadanos debemos de suscribirnos a todos los boletines oficiales del país y cada día leernos todos y cada uno de  ellos, con las miles de páginas que componen estos boletines.

Si no lo hacemos es culpa nuestra que no nos sepamos lo que se nos puede caer encima de nuestra cabeza. Pues se supone por parte de la administración que tenemos el deber de leernos todos y cada uno de los distintos boletines oficiales, semioficiales o no oficiales en que publican todas las leyes y decretos, las normas y los cargos de los miles y miles de personal  que se nombran cada día para los distintos organismos oficiales.

Hace poco leía que nuestro país produce miles de páginas de normas y leyes, cuando en los países de nuestro entorno solo tienen más o menos una décima parte de legislación promulgada. O sea que deben de leerse solo un diez por ciento de hojas de boletines oficiales. Nosotros tenemos 10 veces más de hojas a leernos cada día.

Existe una norma establecida por nuestros queridos representantes políticos que dice : La ignorancia de la ley, no nos exime de cumplirla. Yo lo cambiaria por “No cumplirla”. Así estaría mucho más repartidas las obligaciones de los ciudadanos y las de los gobernantes.

Pero como no es así : Tenemos todas las culpas reales e imaginarias que nos hechen.

Sin saber nada de nada de leyes, nos meten por los ojos, por las orejas. Por todos nuestros sentidos, con agujeros o sin agujeros, la obligación de saber las millones de leyes que promulgan cada gobierno que nos gobierna, o mal gobierna.

Si no lo hacemos o no lo hacemos bien a su mal entender, nos caerá la maldición encima y nos darán golpes, a base de recargos, intereses, gastos, etc., etc., hasta que los paguemos o nos muramos en el intento.

Si nos morimos que les importa : Ya pagarán nuestros descendientes, o si me apuras, como tienen a otros 47.000.000 de ciudadanos a los que exprimir, ya se cuidaran de subir algo más sus impuestos, y de esta forma compensar nuestra defunción.

La pregunta del millón es la siguiente :

Qué harán cuando hayan fallecido los 47.000.000 de ciudadanos por el mismo procedimiento antes señalado ¿?

Creo que ya lo tienen muy bien estudiado : Habrán nacido y crecido otros 40 o 50 millones más de ciudadanos. Por lo que se reiniciarán las causas de defunción de los ciudadanos que por aquel entonces sufran las mismas penalidades que estamos sufriendo ahora nosotros. Nosotros somos los vivos actuales y ellos los vivos futuros.

No espero que se arregle nada para los sufridos ciudadanos. Cada vez estamos más huérfanos de políticos que piensen en nosotros. Nosotros somos los que les pagamos sus inmensos sueldos y prebendas, todo gratis, coches, choferes, guardaespaldas y sus impuestos. Pues casi no los pagan ellos por que se eximen la mayoría de sus ingresos, mediante leyes por ellos mismos promulgadas.

Menos mal que no nos enteramos casi nunca de todo este proceso. Si nos enteráramos ya habríamos fallecido de un golpe de sangre en el cerebro, una embolia, un ataque cardiaco, etc., etc.

La cuestión es como dijo un gran escritor de hace muchos años : Be or not to be.

Pues eso. Eso es lo que nos pasa.

No creo que alguno de nuestros gobernantes, presentes o futuros, lo arregle. No les interesa arreglar lo que a través de décadas ellos mismos han desarreglado.

Esperemos que le divina naturaleza nos lo pueda arreglar.

 

El abuelo cabreado.

No hay comentarios: