martes, 30 de junio de 2009

DEDICADA A MI ADORADA MUSICA, SIN LA CUAL NO PODRIA SEGUIR VIVIENDO!!!



LA MUSICA!!!UN REGALO DE DIOS PARA SER INTERPRETADA Y AMADA POR LOS HOMBRES.


La vida es efimera como un suspiro
El mundo gira, las especies evolucionan
Las montañas emergen y se hunden
Transformando el panorama fisico
Incansablemente.

Los años, que dejan marcados sus dientes en la carne,
Devoran tambien al arbol, desgastan la roca
Y pulverizan la montaña.

Las generaciones pasan, el cuerpo se disuelve
Las torres se derrumban, las murallas se convierten en polvo;
Y los sueños, las ambiciones, los anhelos y la lucha
Se desvancen en humo, como la neblina al ser
Tocada por el sol.

Sólo tú, música inmortal, eres eterna!

Tu eres hielo y fuego, gozo y dolor;
La brisa que acaricia y el vendaval
Que estremece.

Tu estas fuera de lo material, del mundo mismo.
Tu constituyes por ti sola tu propio universo.
Tu tienes tu sol, tus leyes, tu flujo y tu reflujo.
Tu posees la profundidad de los abismos marinos
Y la devoción de las cúspides coronadas de altura.

Como un manso rebaño de nubes dormidas por el viento
Se alejan de ti en las tribulaciones mundanas
Y los temores febriles, conviertiendose en inquilinos
Superfluos.

SOLO TU PERDURAS SOBRE TODAS LAS COSAS,
SOBRE EL TIEMPO Y EL ESPACIO.

Tu eres oceano puro y grandioso en lo sublime,
Tu eres la esencia etérea del infinito.
En tus pupilas serenas se refleja el rostro plácido
De la existencia como la luna en un lago cristalino
Y refulgente.

Tu tienes la paz de los espacios siderales
Y la augusta grandeza de las galaxias.

Tu conviertes las frivolas pasiones en cumbres de nobleza.
Tu eres la transfiguración de la angustia
Que se disuelve en un suspiro.
Tu logras, en fin, la excelsa descripción
De lo indescriptible.

MUSICA, elixir inmortal, exaltación del espiritu;
Tú posees en tus alas la delicadeza de la escarcha matutina
Y al mismo tiempo la vibrante y atronadora cabalgata
De los corceles desbocados.

Tu conjugas el rugir de las olas, el canto del ave…
La altura de las cumbres, la erupción de los volcanes…
Y el suave murmullo del arroyo cristalino.

Al escucharte me sacude la furia de la tempestad
Y el fragor del trueno en una sinfonia.

Me ilumina el relampago en
Una obertura y me envuelve
El halo vaporoso del arco iris
En una apacible sonata.


Luego floto sobre las olas serenas de un andante
Y me pierdo en el laberinto profundo
Y emocionante de una fuga.

Seguidamente, volando entre sutiles colores del arco iris
Mi espiritu se posa noblemente en el vertice de un recuerdo
Del cual me roza intempestivamente el sonoro y vibrante
Tiempo del alegro.

Verdaderamente quien se refugia en ti vive en un mundo
De eterna espiritualidad. Al margen de los siglos y el paso
De los años no seria para él más que un lapso en la
Noche sosegada…

Y el fantasma de la muerte no será más
Que un simple sopor, un tenue velo de
Transfiguración y encuentro.


Música que arrullaste mi infancia haciendo
Mi alma tranquila, alegre y soñadora,
Inundándole de amor; quiero estar
Siempre contigo!

Quiero esconder mi rostro entre tus brazos,
Sintiendo tu mano, delicada y tibia sobre mi frente.

Cuando te escucho, música amada, viajo al
Infinito, desciendo del abismo y subo a las
Alturas donde reina la dorada nube y la luz
Celestial. Y al llegar al centro mismo de tu
Universo me acurruco sobre tu corazón.

Finalmente en la gloria de mi embeleso
Quedo adormecida en tu regazo y recibo
Extasiada el grandioso palpitar de la vida eterna.
Y hasta me parece ver ante mi al Divino
Creador del Universo.

Realizado por Francisco Aramburo Salas.

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